Colgué leyendo un blog que no me incumbe. Un blog ajeno, que no tendría que ver. Pero me
llenaba tanto, tanto que lo sentía con melancolía, con nostalgia. Porque en
algún universo paralelo si me pertenece; sí que es mío. No es que no tenga nada, es que lo que tengo me repele. Por
alguna razón me es indiferente, impasible. Y aunque no pueda ser más
interesante, no llena. Es sólo aire vacío. Vacuidad.
Una disponibilidad llena de momentos eufóricos y respiraciones intensas, pero
que por algún motivo no es suficiente.