‘Llegás y el lugar se empieza a llenar de gente. Cada minuto que
pasa es una gota más de impaciencia y nervios cayendo lentamente por la boca
del estómago. Pero se termina la espera, y escuchás los primeros deslizares
sobre las cuerdas, los primeros roces sobre los platillos. Ya no aguantás más.
Hasta que la cortina metálica se levanta y sos la persona más feliz del mundo.
Y escuchamos los primeros acordes. Y
sentimos un retumbar en el pecho. Pero no hay palabras que describan lo que
sentimos en el corazón. Eschuchás con cada célula. A lo mejor cerrás los ojos.
Y no podés evitar
sonreír .’
Supongo que traté de escribirlo desde tu perspectiva pero era tu
banda y sé que lo sentiste distinto a mí.
Me encantó acompañarte (cuando venga
la mía, vos me acompañás a mí). Te amoorza!