La puerta de
entrada de la escuela. Un caminar lento, lentísimo. Vacilación y somnolencia.
Ojos dirigidos hacia mí. Una campera rayada. Esquivar la cámara. Gorros
regalados. Cos y Sen del °. No saber qué hacer y no hacer nada. El té de
Marita. Dejar las cosas tiradas. Sentarme con Lu <3. Risas. Peinados feos.
Masajes en la cabeza. Charla con Eric. Hacer de cuenta que se hace algo.
Recreo. El baile del cuadrado con Chelo. Papel de moquitos. Mucho papel de
moquitos. Escasez de papel de moquitos. Tarea sin profe de biología. Trabajo
comunitario de biología. Salir antes. Lluvia. Frío. Compañeros desequilibrados.
Llega la salvación. Espera con música e internet feo. La Renga. Gente que
cuestiona mi enfoque. Abulia. Desinterés. Pelos locos debajo de un gorro colorinche.
Auto con música malcarada demasiado bajita. Caminar un poquito. Hablar sola.
Llegar a casa. No soportar a ‘La Latina’ de fondo. Pero bueno, me están
haciendo el baño. Solucionarlo con auriculares. En una esquina de mi barrio estaba el diablo mal parado bien
pulenta para no escuchar nada. Sentarse a comer ñoquis. Madre tratando de
entablar conversación. Primer intento: infructuoso. Segundo intento hablando en
inglés: sonrisas cómplices. Choclo suculento y brócoli sin resabio. Posponer
levantar la mesa. Tirarse en el sillón y escuchar los mismos temas amados por
enésima vez. Nervios.
Pero dentro
de todo esto, pensar solo en una cosa; y una cosa solamente. Mi único punto de
interés.
Vivir
tirando de un hilo. Pendiente de nada. Desabridamente. Con emociones pasajeras.
Con ambiciones de todo pero ganas de nada. A ellos les gusto pero no me sirve
de nada si no son vos.