6.1.17

Ni siquiera están ya las flores mágicas de Gisela

En el bosque del cerezo del primer beso de galletitas de miel ahora tan solo hay una casa; y un perro.
En el bosque de árboles altos de los encuentros soleados ya no hay pasto ni luz.
En las ruinas sólo quedan las ruinas; y las plantas que siguen avanzando, recuperando aquello que alguna vez les perteneció.
En la mente no hay más que recuerdos borroneados por un tiempo poco misericordioso.

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