2.7.12


No quiero un libro recién comprado y con olor a nuevito; quiero uno viejo y maltrecho, al que tocaron muchas manos y disfrutaron muchas lucideces. Quiero leerlo y encontrar las marquitas que fue dejando en el anterior lector; quiero saber qué fue lo que le hiso querer confiármelo. Quiero apreciar su olor e imaginar los miles de lugares a los que pertenece. Quiero tocar sus páginas y hurgar vidas pasadas de las que fueron testigo. Porque un libro que se quedó, algún motivo tuvo.

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