Te como hasta la buseca y el vino tinto si me invitás con una canción.
Quiero tocar tu piel desteñida por el sol que nunca tomás
Para que me adviertas una y mil veces más que mis manías y tus labios combinan como loco.
Quiero que nos juntemos a hablar de gramática y escribir poesía, intercalando mimos con nuestras tazas de té.
En el bosque del cerezo del primer beso de galletitas de miel ahora tan solo hay una casa; y un perro.
En el bosque de árboles altos de los encuentros soleados ya no hay pasto ni luz.
En las ruinas sólo quedan las ruinas; y las plantas que siguen avanzando, recuperando aquello que alguna vez les perteneció.
En la mente no hay más que recuerdos borroneados por un tiempo poco misericordioso.
Quiero escuchar tu sonido
pero solo alcanzo las últimas vibraciones en el aire
Giro para verte entre la gente
y nada más queda el murmullo de tu ausencia
Intento en vano distinguir tu olor entre un mar de esencias diferentes
No sirve estirar el brazo y tratar de tocarte
porque estás a 6 meses de distancia
Llego tarde a tu presencia
Cuando me enamore quiero ir descubriendo todos los objetos que formen tu personalidad.
Sos ese estornudo que no quiere salir, esa piedrita en la zapatilla que da vueltas y desaparece para después volver a molestar, esa picazón en un lugar inaccesible y todo eso que no hace del todo mal