27.8.12

Mangoneadores.


Al principio fue enojo. Un enojo que lentamente se fue transformando en entendimiento y admiración, mezclado con una pizca de hipocresía.
Yo sabía y todavía creo tener bastante claro como son las cosas. El que quiera o no que sean lo que son, es otro asunto. Mi asunto.
Y a toda la gente que se inmiscuye en mi mente tergiversando ideas y cambiando pensamientos (o al menos intentando) les digo: ya soy bastante grande como para meterme en los asuntos en los que tenga ganas de enclavarme, a consciencia propia, equivocarme si es necesario y aprender de mis errores; pero siempre porque yo quise. No ustedes.