Después de
16 años de conocer a mis padres, llegué a la conclusión de que no nos quieren
por ser nosotros. No. En realidad nos quieren por ser pedacitos de ellos. Nos quieren
porque en nosotros se ve un reflejo de cada uno.
Cuando
tengo hambre y puteo a todo el mundo, mi vieja se ríe. Y no porque le gusta que
la puteen sino porque en mí ve a mi viejo.
Cuando
digo algo inteligente o me enojo, mi viejo se sonríe. Porque ve a mi vieja.
Y si no se
ven reflejados y nos quieren igual es porque nosotros somos un proyecto que
ellos crearon y moldearon a su medida, siguiendo sus propias instrucciones.
No nos
quieren a nosotros, se quieren a ellos. Suena feo, si, pero es cierto.
Delilah: ESTA ES PARA VOS WACHAAAA
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