22.5.12


Esos ojos marrones llenos de picardía.
Esas manos ásperas con las uñas cortitas.
Esa cintura medio rechonchita.
Esa cabellera indomable.
Esos movimientos humoristas y bruscos.
Esa sonrisa.
La forma en que concluís un chiste.
El dejo de tu voz cuando te enojás.
La cantidad de pruebas desaprobadas que podés asumir.
La forma en que encubrís tu reconcomio cuando algo te preocupa.
Tu risa de dientes medio amarillosos.
Como saludás a mi viejo.
Es tan real que casi parece mentira.

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