Me
gustaría volver a sentir la euforia de esa primera vez, cuando todo era
perfecto y un “¿vamos a la playa?” me hizo el día.
Porque lo
que le pasa al otro siempre es mejor. “The grass is
always greener on the other side.”
Nada te
hace sentir más libre que llegar a tu casa y que no haya nadie, sentarte en la
mesa a comer con la mano y sentir la alegría de saber que nadie te va a retar.